sábado, 1 de septiembre de 2018

Análisis del vídeo: Gestión Escolar por la Dra. Magali Robalino.



 Análisis del vídeo: Gestión Escolar por la Dra. Magali Robalino.




Contrario a lo que suele pensarse, la gestión escolar comprende un campo muy amplio e importante en la educación y en las transformaciones que esta sufre o puede sufrir. A pesar de este rol tan importante que juega, se la ha relegado a un plano muy remoto en la escala de prioridades educativas.

Según la Dra. Magali Robalino en el marco del III Congreso Pedagógico Internacional “Gestión Escolar para el Logro de los Aprendizajes” organizado por la Dirección Regional de Educación de Lima Metropolitana (DRELM) a inicios del año escolar 2015, el liderazgo compartido es la mejor forma de gestión escolar que podríamos aplicar en nuestros tiempos ya que cuando no se involucra a docentes ni a estudiantes ni a directores de centros no se logran las verdaderas transformaciones escolares. Entonces, si queremos lograr una transformación educativa integral y efectiva el enfoque compartido es la clave. Gestión y liderazgo se hayan, pues, asociados. Tanto directores como docentes son líderes. A su vez, todos los actores somos responsables en el proceso educativo.

Para el logro de los objetivos escolares dos figuras son determinantes de acuerdo a estudios realizados por la UNESCO en el ámbito de los factores intraescolares, estos son: en primer lugar, el docente; y, en segundo lugar, el director. Conviene, entonces, colegir que una dirección escolar compartida es fundamental para los cambios educativos. Este es un tipo de liderazgo en donde la visión se crea, comparte y asume juntos. En un liderazgo compartido, hay varios factores que se asocian al logro de objetivos y al cambio escolar, entre estos: la dirección, el trabajo en equipo, el acompañamiento a docentes, el clima, las expectativas, el compromiso de los docentes, participación de las familias y la comunidad, entre otras.

Para Arie de Geus (1988), la gestión educativa es “un proceso de aprendizaje de la adecuada relación entre estructura, estrategia, sistemas, estilo, capacidades, gente, y objetivos superiores, tanto hacia el interior de la organización como hacia el entorno”. Esta concepción pone de manifiesto dos realidades: primero, que la gestión educativa es fruto de actores internos a la organización; y, segundo, que la misma tiene un alcance externo, no solo se concentra en el ámbito interno. De hecho, los directores y docentes que se preocupan por la integración de la comunidad, las familias y la sociedad en conjunto, son los que ostentan un mejor desempeño laboral y académico. Sin embargo, de todos los modelos o visiones de gestión propuestos por Juan Casassus (2000), en nuestras escuelas aún impera el modelo normativo sobre los demás. Por un lado, se les pide a tanto docentes como directores ser líderes auténticos, apasionados de lo que hacen, motivadores y motivantes e innovadores en sus centros educativos y comunidades, pero la norma rígida y carente de humanidad es la que se impone.
Si queremos lograr nuestros objetivos académicos un complemento esencial para el buen funcionamiento de la escuela resulta la propiciación de un buen ambiente o una buena dinámica escolar. Ya que como se demostró en estudios internacionales, las escuelas latinoamericanas tenían todo para fallar, pero no lo hicieron debido a que contaban con docentes motivados, con altas expectativas, adecuada formación universitaria, un excelente clima de aula; y con directores con capacidad de servir, comprometidos, motivados, con vocación y buena valoración.
En nuestras aulas encontramos directores que confunden autoridad con autoritarismo, con ausencia de apoyos internos y externos al centro y déficit de habilidades administrativas, comunicativas, financieras y empatía. Se observan algunos líderes apáticos, desinteresados en aplicar los principios de una gestión escolar eficaz. Pero, también los hay buenos y excelentes que se distinguen por ser conscientes de su liderazgo y promueven la integración de todos los actores escolares. En lo relativo al nivel formativo se ha observado una mejora sostenida.
Dentro de las amenazas del liderazgo escolar dominicano se encuentran los siguientes: 1) poco apoyo financiero a las escuelas por parte del gobierno, lo que dificulta accionar en favor de proyectos escolares, a pesar de esto, los directores en su mayoría logran hacer lo que pueden; 2) una gestión escolar rígida, homogénea, autoritaria, normativa y centrada en lo administrativo; 3) la débil participación de las familias; 4) los conflictos y desconfianzas entre el personal; 5) presencia de fuerte subordinación; 6) promoción del cargo directivo como poco atractivo y como el último peldaño a escalar en la carrera docente; 7) la ausencia de información y formación sobre liderazgo escolar ya que no hay base investigativa que sustente el liderazgo escolar latinoamericano pues existe una débil especialización en la formación de los directores ni siquiera se cuenta con organizaciones dedicadas a políticas de liderazgo; 8) las líneas que separan a directores y docentes se pueden confundir y llevar a que los primeros no sean capaces de diferenciar entre sus necesidades y las de segundos; entre otros aspectos.

De igual modo, de acuerdo a la Dra. Robalino y a lo estudiando en la asignatura Gestión Escolar de esta habilitación docente, podemos decir que algunos desafíos para nuestro sistema educativo son: a) promover el liderazgo como una vocación o carrera atractiva para ser mejor valorada por todos los actores educativos; b) la recuperación del liderazgo del equipo escolar y la comunidad; c) abordar dos líneas de trabajo fundamentales: el profesionalismo (saber hacer lo que debemos hacer) y la  profesionalidad (condiciones de motivación y compromiso ético con nuestro trabajo); d) la generación de un protagonismo docente y directivo que incentive la participación de los mismos en la formulación e implementación de políticas educativas y en articulación de las  mismas que desarrollen más el concepto de gestión escolar, poniendo siempre lo administrativo al servicio de lo educativo; y e) la atención a la diversidad de docentes y directores entendiendo que la autenticidad no tiene porqué representar un problema al cumplimiento de la norma.

Wilfred Joel Castillo Guzmán



 Referencias bibliográficas

·         Casassús, J. (1998). Acerca de la práctica y la teoría de la gestión: Marcos Conceptuales para el análisis de los Cambios en la Gestión de los Sistemas Educativos. Consultado en: www.scribd.com/doc/12667410/gestionbuscadelsujeto.

·         Casassús, J., UNESCO. (2000). Problemas de la gestión educativa en América Latina (la tensión entre los paradigmas de tipo A y el tipo B). Versión preliminar. Consultado en: http://www.lie.upn.mx/docs/Especializacion/Gestion/Lec2%20.pdf

·         Correa de Urrea, A., Álvarez, A., Correa V., S. (2000). La gestión educativa, un nuevo paradigma. Fundación Universitario Luís Amigó. Recuperado en: http://virtual.funlam.edu.co/repositorio/sites/default/files/6lagestioneducativaunnuevoparadigma.pdf

·         Dirección Regional de Educación de Lima Metropolitana (DRELM) et Robalino, Magali. [DRELM Perú]. (2015, enero 8). Conferencia: "Gestión Escolar" - Magali Robalino - UNESCO. III Congreso Pedagógico Internacional “Gestión Escolar para el Logro de los Aprendizajes”. Disponible en:  https://www.youtube.com/watch?v=f2bY1Grz5js

·         UNESCO. (1999). La gestión: en busca del sujeto. Seminario Internacional “Reformas de la gestión de los sistemas educativos en la década de los noventa” Santiago, Chile, 13-14 noviembre 1997. Recuperado de: http://unesdoc.unesco.org/images/0011/001176/117612so.pdf

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